VIGÉSIMO TERCER DOMINGO T O (C)




MONICION AMBIENTAL
M. El Señor nos llama este domingo a seguirlo por encima de todo y de todas las criaturas, a través del desprendimiento voluntario, de la oración y movidos por la fuerza de su Espíritu, quien nos convierte y anima para que sigamos al Señor fielmente. De este modo, movidos por el amor cristiano, hemos de seguir al Señor y evangelizar en todos los momentos de nuestra vida.
ORACION COLECTA
Señor tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos  hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
M. El libro de la Sabiduría afirma que el Espíritu Santo nos da el don de sabiduría divina, con el cual conocemos el designio de Dios y sus secretos.
Lectura del libro de la Sabiduría 9,13-18
¿Qué hombre conoce el designio de Dios?
¿Quién comprende lo que Dios quiere?
Los pensamientos de los mortales son mezquinos,
Y nuestros razonamientos son falibles; porque el cuerpo mortal es lastre del alma,
y la tienda terrestre abruma la mente que medita.
Apenas conocemos las cosas terrenas y con trabajo encontramos lo que está a mano: pues, ¿quién rastreará las cosas del cielo?
¿Quién conocerá tu designio, si tú no le das sabiduría, enviando tu santo Espíritu desde el cielo?
Sólo así fueron rectos los caminos de los terrestres, los hombres aprendieron lo que te agrada, y la sabiduría los salvó.
Palabra de Dios.

SALMO RESPOSORIAL Sal 89,3-4.5-6.12-13.14 y 17 (R.:1)
M. Invoquemos con el salmo 89 la incesante protección del Señor diciendo: R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: retornad, hijos de Adán. Mil años en tu presencia  son un ayer, que pasó; una vela nocturna. R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Lo siembras año por año, como hierba que se renueva: florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca. R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

SEGUNDA LECTURA
M. San Pablo en la carta a Filemón lo exhorta a acoger al esclavo Onésimo como hermano en la fe y expresarle el amor cristiano.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo  a Filemón  9b-10.12-17
Querido hermano:
Yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión; te lo envió como algo de mis entrañas.
Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad.
Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido.
Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano.
Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo.
Palabra de Dios.

M. El Señor nos invita a seguirlo desprendiéndonos de todo para poseerlo plenamente a Él. También nos invita a edificar sobre los medios sobrenaturales de la oración, la gracia y el amor la torre de nuestra vida cristiana.
ACLAMACION  ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya Sal 118, 135
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, enséñame tus leyes.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 14,25-33.
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso así mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?
No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir  y no ha sido capaz de acabar.” ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.
Palabra del Señor. 
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
CEC 273, 300, 314: la trascendencia de Dios
CEC 36-43: el conocimiento de Dios según la Iglesia
CEC 2544: preferir a Cristo antes que a todo y a todos
CEC 914-919, 93-932: seguir a Cristo en la vida consagrada
914 "El estado de vida que consiste en la profesión de los consejos evangélicos, aunque no pertenezca a la estructura de la Iglesia, pertenece, sin embargo, sin discusión a su vida y a su santidad" (LG 44).
915 Los consejos evangélicos están propuestos en su multiplicidad a todos los discípulos de Cristo. La perfección de la caridad a la cual son llamados todos los fieles implica, para quienes asumen libremente el llamamiento a la vida consagrada, la obligación de practicar la castidad en el celibato por el Reino, la pobreza y la obediencia. La profesión de estos consejos en un estado de vida estable reconocido por la Iglesia es lo que caracteriza la "vida consagrada" a Dios (cf. LG 42-43 PC 1).
916 El estado de vida consagrada aparece por consiguiente como una de las maneras de vivir una consagración "más íntima" que tiene su raíz en el bautismo y se dedica totalmente a Dios (cf. PC 5). En la vida consagrada, los fieles de Cristo se proponen, bajo la moción del Espíritu Santo, seguir más de cerca a Cristo, entregarse a Dios amado por encima de todo y, persiguiendo la perfección de la caridad en el servicio del Reino, significar y anunciar en la Iglesia la gloria del mundo futuro (cf. CIC 573).
917 "El resultado ha sido una especie de árbol en el campo de Dios, maravilloso y lleno de ramas, a partir de una semilla puesta por Dios. Han crecido, en efecto, diversas formas de vida, solitaria o comunitaria, y diversas familias religiosas que se desarrollan para el progreso de sus miembros y para el bien de todo el Cuerpo de Cristo" (LG 43).
918 "Desde los comienzos de la Iglesia hubo hombres y mujeres que intentaron, con la práctica de los consejos evangélicos, seguir con mayor libertad a Cristo e imitarlo con mayor precisión. Cada uno a su manera, vivió entregado a Dios. Muchos, por inspiración del Espíritu Santo, vivieron en la soledad o fundaron familias religiosas, que la Iglesia reconoció y aprobó gustosa con su autoridad" (PC 1).
919 Los obispos se esforzarán siempre en discernir los nuevos dones de vida consagrada confiados por el Espíritu Santo a su Iglesia; la aprobación de nuevas formas de vida consagrada está reservada a la Sede Apostólica (cf. CIC 605).
HERMENÉUTICA DE LA FE
La decisión de seguir a Jesús supone una decisión radical y madura de amor por él: “A quien no se siente fascinado por el rostro de Cristo le resulta imposible seguirlo con fidelidad y constancia, entre otras cosas porque Jesús camina por una senda difícil, pone condiciones muy exigentes y se dirige hacia un destino paradójico: la cruz. San Lucas subraya que Jesús no acepta componendas y exige el compromiso de toda la persona, un decidido desapego de toda nostalgia del pasado, de los condicionamientos familiares y de la posesión de los bienes materiales” (San Juan Pablo II).
En cuanto a la lucha por la vida de fe cuando se cuenta con pocos recursos “representan la sencillez del cristiano, que ha de pelear contra la doblez del diablo” (San Agustín). En cuanto a enviar una embajada de paz, “cuando todavía está lejos el que no aparece aún para el juicio, enviémosle en embajada nuestras lágrimas, nuestras obras de misericordia, nuestros sacrificios de propiciación. Esta es nuestra embajada, que aplaca al rey que viene” (San Gregorio).
La renuncia es un presupuesto del amor por el Señor, en hebreo se emplea el término aborrecer, aparentemente duro y contradictorio, sin embargo  es un lenguaje válido para todo cristiano: ““Si alguno viene a mí y no aborrece a (expresión del hebreo para decir: no se aparte de) su padre, su madre, su mujer, sus hermanos, sus hermanas y aún su propia vida, no puede ser mi discípulo” (Lc 14,26). Ante estas expresiones de Jesús no podemos dejar de reflexionar sobre lo excelsa y ardua que es la vocación cristiana. No cabe duda que las formas concretas de seguir a Cristo están graduadas por Él mismo según las condiciones, las posibilidades, las misiones, los carismas de las personas y de los grupos” (San Juan Pablo II).
Jesucristo es el Valor absoluto en la vida cristiana, por esto relacionalmente “Cristo es el centro de toda vida cristiana. El vínculo con Él ocupa el primer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales (cfr. Lc 14,26; Mc 10,28-31). Desde los comienzos de la Iglesia ha habido hombres y mujeres que han renunciado al gran bien del matrimonio para seguir al Cordero dondequiera que vaya (cfr. Ap 14,4), para ocuparse de las cosas del Señor, para tratar de agradarle (cfr 1Co 7,32), para ir al encuentro del Esposo que viene (cfr. Mt 25,6). Cristo mismo invitó a algunos a seguirle en este modo de vida del que Él es el modelo” (CEC 1618).
Es obvio que el seguimiento cristiano no puede realizarse solamente con las propias fuerzas, “es necesario abandonarse a la fuerza del Espíritu, capaz de infundir luz y, sobre todo, amor a Cristo; es preciso abrirse a la fascinación interior que Jesús ejerce en los corazones que aspiran a la autenticidad, rechazando las medias tintas. Desde luego, esto es difícil para el hombre, pero resulta posible con la gracia de Dios” (San Juan Pablo II).

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