DOMINGO XXV T O (B)



30 Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera, 31 porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará.» 32 Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. 33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: «¿De qué discutíais por el camino?» 34. Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. 35 Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos.» 36 Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: 37 «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado» (Mc 9,30-37).

CONTEXTO LITÚRGICO DEL PASAJE

Sab 2,12.17-20; Sal 53,3-6.8; Sant 3,16—4,3

CITAS DEL CEC SUGERIDAS

CEC 539, 565, 600-605, 713: Cristo, el Siervo de Dios obediente
CEC 786: “servir” en Cristo es “reinar”
CEC 1547, 1551: el sacerdocio ministerial es servicio
CEC 2538-2540: el pecado de envidia
CEC 2302-2306: la defensa de la paz

HERMENÉUTICA DE LA FE



Jesús hace una llamada para que sus discípulos no pretendan la primacía del poder sino la del servicio, que superen una visión inmanente de la vida, “el cristiano debe saber cumplir con alegría su deber de servicio al hombre, convencido que tanto sobre el plano natural como en aquel divino, el crecimiento del propio bien existencial se realiza y se articula con el empeño por el crecimiento del bien de los otros” (San Juan Pablo II). Esto plantea una nueva ética y moral, acorde con el proyecto de Dios.

Esta grandeza, que nace de la fe y le permite comprender mejor las enseñanzas de su Hijo, es la constante en la vida de la Virgen María. “María testimonia el valor de una existencia humilde y escondida. Todos exigen normalmente, y a veces incluso pretenden, poder valorizar de modo pleno la propia persona y las propias cualidades. Todos son sensibles ante la estima y el honor”, la Virgen María “por el contrario no deseó nunca los honores ni las ventajas de una posición privilegiada, sino que trató siempre de cumplir la voluntad divina llevando una vida según el plan salvífico del Padre” (San Juan Pablo II).

El servicio es el punto clave del poder de Jesucristo entre nosotros, cuya cumbre está en Don total de Sí mismo en la Cruz, “Jesús no quiere ser servido, sino que desea servir hasta el punto de entregar totalmente su vida en la obra de la redención” (San Juan Pablo II). Su mayor servicio es la Pascua, cuyo anuncio aparece reiterado tres veces en san Marcos: siempre que anuncia su Resurrección lo asocia a su Pasión y Cruz.

Para asumir esta novedad del auténtico poder, del poder sobrenatural propio de Dios, el Señor nos invita a ser como niños, evitando toda envidia, afán de dominio o supremacía sobre los otros. “De este modo les hace ver que deben ser humildes y sencillos, porque el niño está limpio de envidia, de vanagloria y de toda ambición de primacía” (San Juan Crisóstomo). Jesús invita a sus discípulos a “que sean niños en la malicia, a fin de que conserven la sencillez sin arrogancia, la caridad sin envidia, y la devoción sin ira” (San Beda).

Es realmente grandiosa la enseñanza del Señor, “se podría decir que el Maestro sentía la necesidad de ilustrar una enseñanza tan difícil con la elocuencia de un gesto lleno de ternura. Abrazó a un niño, que según los parámetros de aquella época no contaba para nada, y casi se identificó con él” (San Juan Pablo II). He aquí el camino de la verdadera grandeza, la que cuenta a los ojos de Dios.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (C)

PRIMER DOMINGO CUARESMA (B)

DOMINGO XXX T O (A)