SEGUNDO DOMINGO ADVIENTO (C)
En
el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato
gobernador de Judea, Y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de
Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de
Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el
desierto.
Y
recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para
perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del
profeta Isaías:
“Una
vos grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos;
elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se
enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios” (Lc
3,1-6).
CONTEXTO
LITÚRGICO
Ba 5,1-9;
Sal 125,1-6; Flp 1,4-6.8-11
CITAS DEL
CEC SUGERIDAS
CEC 522, 711-716, 722: los profetas y la espera del Mesías
CEC 523, 717-720: la misión de Juan Bautista
CEC 710: el exilio de Israel presagia la Pasión
CEC 2532, 2636: la atención de Pablo
HERMENÉUTICA
DE LA FE
La referencia histórica
y geográfica dada por san Lucas tiene como propósito llevar a los destinatarios
judíos y gentiles el mensaje de la buena nueva de la redención. Siendo la
misión del Bautista “anunciar a Aquel que había de redimir a muchos, tanto de
entre los judíos como entre los gentiles, se señala el tiempo de su predicación
con el nombre del rey de las naciones y de los príncipes de los judíos” (San
Gregorio Magno).
El Bautista anticipa el Nacimiento, el mensaje
profético e incluso el martirio del Redentor. “¡Él no es sólo profeta, sino el
mensajero! Porque no solamente predica sino completa sus palabras con un signo
de conversión: bautiza. Mediante este bautismo de penitencia desea hacer
partícipes de la venida del Señor a sus oyentes. Quiere preparar en sus
corazones el Adviento y la Redención” (San Juan Pablo II).
El mensaje del Bautista
se dirige al interior del hombre: “Los caminos torcidos se enderezan, cuando el
corazón de los malos, torcido por la injusticia, se dirige según la regla de la
justicia, y los caminos escabrosos se convierten en llanos, cuando las almas
duras e iracundas vuelven a la suavidad de la mansedumbre, por la infusión de
la divina gracia” (San Gregorio Magno). Esto se cumplió en la persona del Hijo
de Dios, “cuando vino… Jesús y envió su Espíritu, todo valle fue rellenado con
las buenas obras y con los frutos del Espíritu Santo, poseyendo los cuales, no
solamente dejarás de ser valle, sino que empezarás a ser el monte de Dios”
(Orígenes). El momento se dio “cuando Dios, hecho hombre, destruyó el pecado en
su carne, todo fue allanado, y se hizo fácil el camino, no habiendo ya collado
ni valle que sea obstáculo para los que quieran caminar” (San Cirilo).
El contenido esencial
del mensaje del Precursor es una llamada a la conversión, a la metanoia, “que literalmente
significa cambiar radicalmente la actitud del espíritu para hacerlo
volver a Dios” (RP 26). También aparece
íntimamente relacionada metonoia con
la penitencia, “este significado es bien perceptible en el término metánoia,…
Hacer penitencia quiere decir, sobre todo, restablecer el equilibrio y
la armonía rotos por el pecado, cambiar dirección incluso a costa de sacrificio”
(RP 26).
Jesucristo realizará la redención como
expresión de su amor ilimitado por toda la humanidad, “la salvación de Dios es
obra de un amor más grande que el pecado del hombre. Solamente el amor puede
borrar el pecado y liberar del mal… El amor de Dios que nos da la salvación es
parangonado… al amor de un esposo, de un cónyuge…” (San Juan Pablo II). He aquí
el amor de Cristo Esposo por su Esposa la Iglesia.
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