TRIGÉSIMO PRIMER DOMINGO T O (C)




MONICION AMBIENTAL
M. Este domingo el Señor manifiesta su compasión y misericordia con todos los pecadores, especialmente con los que se arrepienten y se convierten como sucede con Zaqueo. Dios ha venido al mundo para redimir a todos los hombres, heridos por el pecado, para curarlos integralmente. Dios se alegra cuando es acogido generosamente por el pecador y como premio le otorga su salvación.
ORACION COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para que, bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
M. El libro de la Sabiduría afirma que Dios ama a todos los seres que ha creado, mostrando compasión y misericordia con los pecadores arrepentidos.
Lectura del  libro de la Sabiduría 11,22—12,2.
Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra. Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan.
Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado.
Y ¿Cómo subsistirían las cosas, si tú no las hubieses querido? ¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado?
Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida.
Todos llevan tu soplo incorruptible.
Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor.
Palabra de Dios.

SALMO RESPOSORIAL Sal 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14 (R.: cf. 1)
M. El salmista nos invita a bendecir al Señor, hemos de bendecir su clemencia y misericordia con todas sus criaturas. R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.  R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.  R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

SEGUNDA LECTURA
M. San Pablo suplica para que todos los cristianos vivamos dignamente nuestra vocación, glorificando con la propia vida a Dios en Jesucristo.

Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1,11-2,2.
Hermanos:
Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de vuestra vocación, para que con fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza y no os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima.
Palabra de Dios.

M. San Lucas recoge el encuentro de Zaqueo con Jesús. Esta experiencia de fe convierte a este publicano y lo conduce a compartir sus bienes con los pobres y a restituir cuatro veces más lo injustamente adquirido.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya Jn 3, 16.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todo el que cree en él tiene vida eterna.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 19,1-10.

En aquel tiempo, entro Jesús a Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quien era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levanto los ojos y dijo:
«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.»
 El bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:
«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:
«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.»
Jesús le contestó:
«Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán.
Porque el hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Palabra del Señor. 
 
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
CEC 293-294, 299, 341, 353: el universo ha sido creado para gloria de Dios
CEC 1459, 2412, 2487: la reparación

293 Es una verdad fundamental que la Escritura y la Tradición no cesan de enseñar y de celebrar: "El mundo ha sido creado para la gloria de Dios" (Cc. Vaticano I: DS 3025). Dios ha creado todas las cosas, explica S. Buenaventura, "non propter gloriam augendam, sed propter gloriam manifestandam et propter gloriam suam communicandam" ("no para aumentar su gloria, sino para manifestarla y comunicarla") (sent. 2,1,2,2,1). Porque Dios no tiene otra razón para crear que su amor y su bondad: "Aperta manu clave amoris creaturae prodierunt" ("Abierta su mano con la llave del amor surgieron las criaturas") (S. Tomás de A. sent. 2, prol. 2SN 1) Y el Concilio Vaticano I explica:
En su bondad y por su fuerza todopoderosa, no para aumentar su bienaventuranza, ni para adquirir su perfección, sino para manifestarla por los bienes que otorga a sus criaturas, el solo verdadero Dios, en su libérrimo designio , en el comienzo del tiempo, creó de la nada a la vez una y otra criatura, la espiritual y la corporal (DS 3002).

294 La gloria de Dios consiste en que se realice esta manifestación y esta comunicación de su bondad para las cuales el mundo ha sido creado. Hacer de nosotros "hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia" (EP 1,5-6): "Porque la gloria de Dios es el hombre vivo, y la vida del hombre es la visión de Dios: si ya la revelación de Dios por la creación procuró la vida a todos los seres que viven en la tierra, cuánto más la manifestación del Padre por el Verbo procurará la vida a los que ven a Dios" (S. Ireneo, haer. 4,20,7). El fin último de la creación es que Dios, "Creador de todos los seres, se hace por fin `todo en todas las cosas' (1CO 15,28), procurando al mismo tiempo su gloria y nuestra felicidad" (AGD 2).

299 Porque Dios crea con sabiduría, la creación está ordenada: "Tú todo lo dispusiste con medida, número y peso" (SG 11,20). Creada en y por el Verbo eterno, "imagen del Dios invisible" (COL 1,15), la creación está destinada, dirigida al hombre, imagen de Dios (cf. Gn 1,26), llamado a una relación personal con Dios. Nuestra inteligencia, participando en la luz del Entendimiento divino, puede entender lo que Dios nos dice por su creación (cf. Ps 19,2-5), ciertamente no sin gran esfuerzo y en un espíritu de humildad y de respeto ante el Creador y su obra (cf.  Jb  JB 42,3). Salida de la bondad divina, la creación participa en esa bondad ("Y vio Dios que era bueno...muy bueno": GN 1,4 GN 1,10 GN 1,12 GN 1,18 GN 1,21 GN 1,31). Porque la creación es querida por Dios como un don dirigido al hombre, como una herencia que le es destinada y confiada. La Iglesia ha debido, en repetidas ocasiones, defender la bondad de la creación, comprendida la del mundo material (cf. DS 286 455-463 800 1333 3002).

341 La belleza del universo: el orden y la armonía del mundo creado derivan de la diversidad de los seres y de las relaciones que entre ellos existen. El hombre las descubre progresivamente como leyes de la naturaleza que causan la admiración de los sabios. La belleza de la creación refleja la Infinita belleza del Creador. Debe inspirar el respeto y la sumisión de la inteligencia del hombre y de su voluntad.
353 Dios quiso la diversidad de sus criaturas y la bondad peculiar de cada una, su interdependencia y su orden. Destinó todas las criaturas materiales al bien del género humano. El hombre, y toda la creación a través de él, está destinado a la gloria de Dios.

HERMENÉUTICA DE LA FE
Jesús, el Hijo de Dios, busca al pecador porque quiere salvarlo, “el inocente trata con los culpables, la fuente de la justicia con la avaricia, que es fundamento de perversidad; cuando ha entrado en la casa del publicano, no sufre ofensa alguna por la nebulosidad de la avaricia; antes al contrario hace desaparecer la avaricia con el brillo de su justicia” (San Juan Crisóstomo).

La Iglesia, Esposa de Cristo, también está llamada a ser imagen de su Señor pues “abraza con su amor a todos los afligidos por la debilidad humana; más aún, reconoce en los pobres y en los que sufren la imagen de su Fundador pobre y paciente, se esfuerza en remediar sus necesidades y procura servir en ellos a Cristo… la Iglesia encierra en su propio seno a pecadores, y siendo al mismo tiempo santa y necesitada de purificación, avanza continuamente por la senda de la penitencia y de la renovación” (LG 8).

Este encuentro donde Dios misericordioso toma la iniciativa suscita la conversión, comunión y solidaridad efectivas en Zaqueo, “es ante todo el gozoso descubrimiento del dinamismo del amor en el corazón que acoge el don del Señor, se abandona a Él y encuentra la verdadera libertad. La transformación moral que comporta el nuevo culto instituido por Cristo, es una tensión y un deseo cordial de corresponder al amor del Señor con todo el propio ser, a pesar de la conciencia de la propia fragilidad” (SC 82).

El que Zaqueo restituya con generosidad y comparta sus riquezas con los pobres habla por sí mismo de su conversión: “Ha tocado la salvación con la mano, ya no es el de antes y, como signo de conversión, se compromete a dar la mitad de sus bienes a los pobres y a restituir el cuádruplo a quien había robado. Ha encontrado el verdadero tesoro, porque el Tesoro, que es Jesús, lo ha encontrado a él” (Benedicto XVI). “Aprendan los ricos que no consiste el crimen en las riquezas, sino en no saber usar de ellas; porque así como las riquezas son impedimentos para los malos, son también un medio de virtud para los buenos” (San Ambrosio).

Zaqueo por su acto de fe merece un elogio de parte del Señor “se dice que Zaqueo es hijo de Abraham, no porque hubiese nacido de su estirpe, sino porque le imitó en su fe, y así como aquél abandonó su país y la casa de su padre, así éste abandonaba también sus bienes distribuyéndolos a los pobres” (Beda). Gracias a esta búsqueda y encuentro, Jesucristo logra la salvación de un pecador.

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