SEGUNDO DOMINGO ADVIENTO (C)
MONICION AMBIENTAL
Este segundo domingo de Adviento pone de relieve la
figura de Juan el Bautista, el precursor de Jesucristo en su nacimiento, en su
predicación y en su martirio. El mensaje central del Bautista es la conversión,
ratificada con el bautismo ordenado al perdón de los pecados. Juan preparó al
pueblo para que acogiera en la fe a Jesucristo, el Cordero de Dios.
ORACION COLECTA:
Señor todopoderoso, rico en misericordia,
cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo,
no permitas que lo impidan
los afanes de este mundo;
guíanos hasta él con sabiduría divina
para que
podamos participar plenamente de su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA
LECTURA
M. El profeta Baruc exhorta a Jerusalén a cambiar
el luto y la aflicción por las galas de la gloria del Señor, a abajarse, a
allanar el suelo para caminar seguros hacia la gloria de Dios.
Lectura del libro de Baruc 5,1-9
Jerusalén,
despójate de tu vestido de luto y aflicción y vístete las galas perpetuas de la
gloria que Dios te da, envuélvete en el manto de la justicia de Dios y ponte en
la cabeza la diadema de la gloria del Eterno, porque Dios mostrará tu esplendor
a cuantos viven bajo el cielo.
Dios te dará un
nombre para siempre:
“Paz en la
justicia” y “Gloria en la piedad”.
Ponte en pie,
Jerusalén, sube a la altura, mira hacia el oriente y contempla a tus hijos,
reunidos de oriente a occidente a la voz del Santo, gozoso invocando a Dios.
A pie se
marcharon, conducidos por el enemigo, pero Dios te los traerá con gloria, como
llevados en carroza real.
Dios ha mandado
abajarse a todos los montes elevados y a las colinas encumbradas, ha mandado
llenarse a los barrancos hasta allanar el suelo, para que Israel camine con
seguridad, guiado por la gloria de Dios.
Ha mandado al
boscaje y a los árboles aromáticos hacer sombra a Israel.
Porque Dios
guiará a Israel con alegría a la luz de su gloria, con su justicia y su
misericordia.
Palabra de Dios.
SALMO
RESPONSORIAL Sal 125,1-2 ab. 2 cd- 3.
4-5.6 ( R.: 3)
M. El salmista
exalta la grandeza del Señor con su pueblo, por esto experimenta alegría,
unámonos diciendo: R/. El Señor ha
estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Cuando el Señor
cambio la suerte de Sión,
nos pareciera
soñar:
la boca se nos
llenaba de risas,
la lengua de
cantares.
R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y
estamos alegres.
Hasta los
gentiles decían:
“El Señor ha
estado grande con ellos.”
El Señor ha
estado grande con nosotros,
y estamos
alegres.
Que el Señor
cambie nuestra suerte,
Como los
torrentes del Negueb.
Los que
sembraban con lágrimas
cosechan entre
cantares.
R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y
estamos alegres.
Al ir, iba
llorando,
llevando la
semilla;
al volver,
vuelve cantando,
trayendo sus
gavillas.
R /. El Señor ha estado grande con nosotros, y
estamos alegres.
SEGUNDA
LECTURA
M. San Pablo expresa a los Filipenses su deseo de
que crezcan en el verdadero amor, sensibles a todos los valores, hasta
presentarse limpios e irreprochables ante Jesucristo.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Filipenses 1,4-6.8-11
Hermanos:
Siempre que rezo
por todos vosotros, lo hago con gran alegría.
Porque habéis
sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta
hoy.
Ésta es mi
convicción: que el que ha inaugurado entre vosotros una empresa buena la
llevará adelante hasta el día de Cristo Jesús.
Testigo me es
Dios de lo entrañablemente que os echo de menos, en Cristo Jesús.
Y ésta es
mi oración: que vuestro amor siga
creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores.
Así llegaréis al
día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por
medio de Cristo Jesús, a gloria y alabanza de Dios.
Palabra de Dios.
M. San Lucas nos
presenta todas las características que hacen de san Juan Bautista el precursor
de Jesucristo: es voz que anuncia un bautismo de conversión para acoger en la
fe a Jesucristo, el Cordero de Dios.
ACLAMACIÒN ANTES DEL EVANGELIO.
Aleluya Lc 3, 4.6
Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios.
EVANGELIO
+ Lectura del Santo evangelio según san Lucas
3,1-6
En el año quince
del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, Y
Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide,
y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra
de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda
la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los
pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
“Una vos grita
en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense
los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo
escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.”
Palabra del Señor.
ORACION
UNIVERSAL
Salgamos al
encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios de paz, y
presentémosle confiados nuestra plegaria, respondiendo: Ven, Señor, no tardes
1. Para que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse
por nada, y, llena de esperanza crea que el Señor está cerca de ella, roguemos
al Señor R/. Ven, Señor, no tardes.
2. Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce
de seguridad, de alegría y de paz, roguemos al Señor R/. Ven, Señor, no tardes.
3. Para que el Señor, con su venida, conforte los
corazones abatidos y fortalezca las rodillas que se doblan, roguemos al Señor R/. Ven, Señor, no tardes.
4. Para que nuestra fe crea firmemente en los dones
que Dios nos promete y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a
recibir los auxilios que él nos envía, roguemos al Señor R/. Ven, Señor, no tardes.
Dios de todo consuelo y Padre de misericordia, que
has prometido a los hombres, peregrinos en el tiempo, un cielo nuevo y una
tierra nueva, escucha nuestras suplicas y habla al corazón de tu pueblo para
que lleguemos, inmaculados e irreprochables, al día de la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.
Que los ruegos y ofrendas de nuestra pobreza
te conmuevan, Señor,
y al vernos desvalidos y sin méritos propios
acude, compasivo, en nuestra ayuda.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA
DE COMUNIÓN Ba 5,5; 4,36
Ponte en
pie, Jerusalén, sube a la altura, contempla el gozo que Dios te envía.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Alimentados con esta eucaristía
te pedimos, Señor,
que, por la comunión de tu sacramento,
nos des sabiduría para sopesar los bienes de la
tierra
amando intensamente los del cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
CATECISMO
DE LA IGLESIA CATÓLICA
CEC 522,
711-716, 722: los profetas y la espera del Mesías
CEC 523,
717-720: la misión de Juan Bautista
CEC 710:
el exilio de Israel presagia la Pasión
CEC 2532,
2636: la atención de Pablo
717 "Hubo un hombre, enviado por
Dios, que se llamaba Juan. (JN 1,6). Juan fue "lleno del Espíritu
Santo ya desde el seno de su madre" (LC 1,15 LC 1,41) por obra del
mismo Cristo que la Virgen María acababa de concebir del Espíritu Santo. La
"visitación" de María a Isabel se convirtió así en "visita de
Dios a su pueblo" (LC 1,68).
718
Juan es "Elías que debe venir" (MT 17,10-13): El fuego del
Espíritu lo habita y le hace correr delante [como "precursor"] del
Señor que viene. En Juan el Precursor, el Espíritu Santo culmina la obra de
"preparar al Señor un pueblo bien dispuesto" (LC 1,17).
719
Juan es "más que un profeta" (LC 7,26). En él, el Espíritu
Santo consuma el "hablar por los profetas". Juan termina el. ciclo de
los profetas inaugurado por Elías (cf. Mt 11,13-14). Anuncia la
inminencia de la consolación de Israel, es la "voz" del Consolador
que llega (JN 1,23 cf. Is 40,1-3). Como lo hará el Espíritu de
Verdad, "vino como testigo para dar testimonio de la luz" (JN 1,7
;cf JN 15,26 JN 5,33). Con respecto a Juan, el Espíritu colma así las
"indagaciones de los profetas" y la ansiedad de los ángeles (1P
1,10-12): "Aquél sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda
sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo... Y yo lo he visto y doy
testimonio de que este es el Hijo de Dios ... He ahí el Cordero de Dios" (JN
1,33-36).
720 En fin, con Juan Bautista, el Espíritu Santo,
inaugura, prefigurándolo, lo que realizará con y en Cristo: volver a dar al
hombre la "semejanza" divina. El bautismo de Juan era para el
arrepentimiento, el del agua y del Espíritu será un nuevo nacimiento (cf. Jn
3,5).
HERMENÉUTICA DE LA FE
San Lucas señala el tiempo del precursor de
Jesucristo dándonos como referencia la fechas de los gobernantes del imperio
romano y la de las autoridades religiosas israelitas. Esto indica ya la
universalidad del mensaje evangélico, destinado a los gentiles y a los judíos.
San Lucas habla de san Juan como precursor porque a él fue dirigida la Palabra,
es decir, Juan comprendió la Palabra y no necesitó emitir su propio juicio;
también dice que Juan era la Voz que clamaba en el desierto: recuérdese que
primero es el verbo interior y a éste le sigue la voz como su eco. El Verbo
encarnado es anterior al precursor. San Marcos y san Mateo se fijan en la
apariencia austera del Bautista.
Juan, el nuevo Elías porque poseía su mismo
espíritu y su virtud, llevó una vida austera en el desierto, predicó en toda la
región del Jordán el bautismo de conversión para perdón de los pecados, preparó
un pueblo bien dispuesto para recibir la fe en Jesucristo, bautizó en el Jordán
al Redentor, lo señaló a sus discípulos como el Cordero de Dios, como el Esposo
de la nueva humanidad, finalmente dio su vida como testimonio heroico de la
verdad, muriendo decapitado en la cárcel. Fue el precursor de Jesús en el
nacimiento, en la predicación y en su martirio. Se trata del más grande nacido
de mujer, en palabras del mismo Jesús (cf. San Juan Pablo II).
El mensaje de conversión de Juan el Bautista
prepara la venida del Redentor y está dirigido al corazón de los israelitas, al
interior del corazón, al espíritu humano: la conversión de la soberbia que
rechaza el don a la humildad que lo acoge, de lo torcido de la injusticia a la
justicia, de lo escabroso de la dureza y de la ira a lo llano de la mansedumbre
y de la gracia (cf. San Gregorio Magno). Esta conversión del corazón fue
profetizada por Baruc y era conocido por los israelitas. El Bautista al presentar
a Jesucristo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, destaca la
dimensión sacrificial del Mesías como lo profetizó Isaías.
El enderezar los caminos y allanar las colinas
es propio del poder de Jesucristo, que destruyó el pecado en su carne. Desde la
Cruz nada hay que imposibilite caminar hacia la gloria a quien lo desee. Jesús
por medio de su Espíritu rellena los valles con las buenas obras y con los
dones del Espíritu Santo. El
contenido esencial del mensaje del Precursor es una llamada a la conversión, a
la metanoia, “que
literalmente significa cambiar radicalmente la actitud del espíritu para
hacerlo volver a Dios” (RP 26). También aparece
íntimamente relacionada metonoia con
la penitencia, “este significado es bien perceptible en el
término metánoia,… Hacer penitencia quiere decir, sobre todo,
restablecer el equilibrio y la armonía rotos por el pecado, cambiar dirección
incluso a costa de sacrificio” (RP 26).
El bautismo de Juan superó el rito judío del
agua y estaba orientado a la remisión de los pecados pero no alcanzó la
perfección sacramental. Jesús bautizó con toda la fuerza del Espíritu Santo,
perdonando efectivamente los pecados de todos los hombres y haciendo partícipe
al bautizado de la gracia sobrenatural.
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